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La educación en valores durante la infancia

La educación en valores es un proceso importante en la infancia, que poco a poco introducirá a los niños en los elementos reflexivo-cognitivos; cuando son pequeños requieren de un lenguaje sencillo a través de formas diversas de interactuar, sobre todo con sus padres y cuidadores inmediatos, dichas experiencias pueden ser a través de la convivencia diaria y por medio del juego.

Los niños necesitan crecer y desarrollarse en un clima acogedor, seguro y cálido donde el papel de los padres y/o cuidadores estimulen y ayuden a que formen una idea positiva de sí mismos. Es complicado dar siempre el buen ejemplo, ya que como seres humanos estamos expuestos a cometer errores constantemente y no siempre reaccionamos como deberíamos ante ciertas situaciones.

Para nadie es un secreto que la maternidad/paternidad es complicada, en ocasiones por nuestra vida diaria, nos estresamos a causa del trabajo, las responsabilidades, enfermedades y un largo e interminable etc. que nos impide estar de buen ánimo todo el tiempo y en ocasiones reaccionamos de manera inapropiada hacia los demás o hacia nuestros hijos.

Pero lo importante es qué hacemos después de que reaccionamos de manera inapropiada, si hacemos de cuenta que nada ha pasado, nuestros niños aprenderán a través de nuestro ejemplo que no es necesario disculparse después de un mal comportamiento, o que no importa cómo hagamos sentir a los demás siempre y cuando expresemos nuestras emociones, aunque diariamente hayamos dado un discurso del buen comportamiento.

Como ya he mencionado en ocasiones anteriores, el aprendizaje está en todas partes y en todo momento, por lo tanto es muy importante nuestro comportamiento, ya que los niños aprenden no solo lo que les enseñamos de manera puntual, ellos nos observan todo el día y es a través de nuestro ejemplo que ellos obtienen conductas aprendidas sobre distintas situaciones y aprenden a gestionar sus emociones en parte, gracias a nuestro comportamiento.

Cómo y cuándo educar en valores:

Siempre debemos aprovechar cualquier acción; diariamente tenemos experiencias para educar a nuestros hijos en el respeto a sí mismos, a sus hermanos, primos, amiguitos, etc. Las actividades que se presentan de marera lúdica (por medio del juego) favorecen la adquisición y aceptación de los valores, el esfuerzo que los niños hacen jamás debemos tomarlo como algo simple, ya que ellos estarán poniendo su máximo esfuerzo en la construcción de sí mismos.

Te sugiero que evites el “adultismo” que son las conductas superiores a su edad y el (infantilismo) que son las conductas menores a su edad (tratarlo como bebé, negándole autonomía).

La paciencia, prudencia y perseverancia, son algunos de los valores que utilizamos más en nuestra labor educativa. Entre las actividades didácticas podemos recurrir a:

  1. Conversaciones acordes al nivel de desarrollo del niño, a fin de entender mejor las situaciones y exigencias con los demás.
  2. Juegos, para adquirir experiencias con las reglas, fomentar la paciencia, mejorar la tolerancia a la frustración, iniciarlos en el trabajo de equipo, el juego de roles, etc.
  3. Actividades prácticas a fin de reforzar y dar continuidad al compromiso personal.
  4. Cuentos, fábulas e historias en las que resalten las virtudes personales y sociales.
  5. Dramatizaciones, para hacer vivir con participación emotivo-creativa situaciones y conductas intencionales.

Beneficios de la educación en valores:

  • Una postura proactiva ante la vida.
  • Experiencias de enriquecimiento.
  • Cambios conductuales positivos.

Como padres, las atenciones y cuidados que propiciamos a los niños les ayudan a crecer emocionalmente, al educarlos en valores, les brindamos herramientas para que sean felices, la diferencia entre lo que son ahora y lo que pueden llegar a ser, es el fundamento de la acción educativa, por ello es necesario educar principalmente con el ejemplo.

Es nuestra responsabilidad como padres darles raíces fuertes para crecer y alas grandes para volar alto, educarlos para que sean felices, autónomos, responsables, consientes de su valor como personas para que vivan de manera coherente y congruente a su propia naturaleza.

Autor

pensarcrearyaprender@gmail.com

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