Homeschool

Las Mudanzas (cambio de residencia)

Había estado ausente un tiempo debido a un cambio importante familiar que tuvimos, hace un par de años, debido al trabajo de mi esposo nos mudaron de país, como podrás imaginarte el cambio fue abismal. Teníamos que acostumbrarnos a otra cultura, otro idioma, estar lejos de familiares y amigos.

Por supuesto había que adaptarse a otro clima, a otro ritmo de vida, teníamos que crear una nueva rutina, mejor dicho, una nueva vida. Esto generó una lluvia de emociones y pensamientos en todos los integrantes de la familia, sin embargo, con el tiempo, logramos adaptarnos y comenzar a disfrutar nuestra nueva etapa.

Llegó el día en el que pensamos que ahí nos quedaríamos a vivir por siempre, en esa pequeña ciudad, lejos del tráfico y de la contaminación, en medio del bosque, por fin nos habíamos acostumbrado a que 9 de 12 meses estuviera nublado y lloviendo, incluso puedo decir que nos gustaba ese tipo de clima, me encantaba salir a correr en las mañanas y encontrarme con venados, conejos, ardillas, cuervos y admirar la impresionante altura de los pinos, que me hacía reflexionar en lo pequeños que somos los humanos comparados con la inmensidad de la naturaleza. pero de pronto, otra vez, nuestra vida cambió.

Nuevamente, después de dos años y debido al trabajo de mi esposo nuestra vida cambió radicalmente, de vivir en el bosque, con un clima frio, con lluvia la mayor parte del año. Nos cambiaron a la costa, al clima de playa, muy húmedo y sobre todo muy caliente, claro que tiene su encanto, no voy a negar que en algún momento de la vida soñé con vivir en la playa. Sin embargo, me gustaba mucho mi vida en el bosque y lo más importante de todo, ya nos habíamos acostumbrado.

Mi hijo mayor le emocionó bastante la noticia, para él vivir en la costa sería una super aventura porque ama a los tiburones y todo el día, todos los días, investiga un poco sobre ellos, entonces para él era como un sueño hecho realidad. Estaba triste por dejar su vida anterior y a sus amigos, pero era más la emoción que otra cosa.

Mi niña lloró profundamente, preguntándonos por qué teníamos que mudarnos otra vez, por qué tenia que hacer nuevas amigas y perder a las que ya había ganado, se nos partía el corazón al ver su tristeza, su negación y su frustración, sin embargo, no había opción, teníamos que hacerlo y de todo esto aprendimos varias cosas que hoy te quiero compartir.

Aprendimos que hay cosas que están fuera de nuestro control y que no podemos hacer nada para cambiarlas, pero sí podemos controlar nuestra actitud, sacarle el mayor provecho a cada situación y sobre todo disfrutarla porque no sabemos cuanto tiempo nos va a durar.

Aprendimos que no todo en la vida es eterno y que no podemos dar las cosas por ciertas, porque todo puede cambiar en un abrir y cerrar de ojos, así que hay que aprovechar cuando las tenemos y no procrastinar porque después puede ser demasiado tarde.

 Reflexionamos también sobre las amistades, algunas pueden ser más duraderas y otras pueden ser cortas y está bien, lo importante es lo que sembramos en ellas y lo que esas personas dejan en nosotros.

Finalmente, pero no menos importante, aprendimos que nuestro hogar es donde estamos nosotros como familia, que al final del día, no importa la ciudad, el clima, el país, el idioma o la cultura. Lo verdaderamente importante es que nosotros cuatro siempre estemos unidos, apoyándonos y amándonos de manera incondicional, porque después de todo, nuestra familia es lo único cierto que tenemos.

Autor

pensarcrearyaprender@gmail.com

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *