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5 Razones por las que nos enfadamos fácilmente con los niños

Hay muchas razones por las cuales nuestra paciencia se ve afectada diariamente, pero en esta ocasión, te voy a hablar específicamente de 5 razones por las que nuestra paciencia se pone en juego y reaccionamos de manera poco amable con nuestros pequeños.

La primera es que pensamos que los niños deberían recordar las normas/reglas después de explicarlas pocas veces. Sin embargo, ellos olvidan dichos acuerdos con mucha facilidad, especialmente si están nerviosos, cansados o ilusionados con algo nuevo. Esto no significa que no conozcan los límites o que deliberadamente decidan saltárselos, simplemente si su atención está puesta en otra cosa, olvidan las reglas con facilidad.

La segunda razón, es que pensamos que los niños deberían ser capaces de hacer lo correcto por ellos mismos sin que nadie se los recuerde, lamentablemente esto no es así, ellos en ocasiones hacen cosas inapropiadas porque su cerebro es inmaduro todavía y su autocontrol tarda más en reaccionar que su impulso por hacer las cosas, ellos actúan sin pensar en las consecuencias por inmadurez, no para fastidiarte.

La tercera y la más común, es que pensamos que deberían ser capaces de gestionar sus emociones porque hemos hablado mil veces con ellos sobre este tema, sin embargo, seamos honestos, en ocasiones ni nosotros como adultos somos capaces de gestionar nuestras propias emociones, aún cuando hemos tomado cursos, leído libros, escuchado podcast, asistido a conferencias y un largo etcétera. Créeme, a tu hijo le encantaría estar más tranquilo, sin embargo, está a merced de sus propias emociones.

La cuarta razón por la que en incontables ocasiones perdemos la paciencia, es porque pensamos que nuestros pequeños van a reaccionar a todas horas del día. Sin embargo, debemos recordar que, si nosotros como adultos no rendimos igual en la mañana que en la tarde, no podemos esperar que nuestros niños reaccionen de la misma manera a todas horas. Es decir; si están cansados, nerviosos o estresados, su cerebro tendrá mayor dificultad para responder adecuadamente. No es que sean insoportables, es que están cansados y el cerebro ya no da más.

La quinta es que, en ocasiones, pensamos que no nos respetan, o aman lo suficiente. Pero esta es una completa mentira, la realidad es que tú eres su persona favorita y a la que más aman en el mundo, la realidad es que en ocasiones ellos no hacen caso de nuestras indicaciones porque están enfocados en jugar, explorar, divertirse y pasarla bien, pero jamás lo harán por falta de amor.

Como puedes ver, en muchas ocasiones nuestros enfados son por nuestra perspectiva, porque queremos que los niños actúen como adultos pequeños; responsables de sus decisiones, emociones y acciones, cuando en realidad son niños pequeños explorando y descubriendo su entorno.

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pensarcrearyaprender@gmail.com

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