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La importancia de la educación financiera en niños y adolescentes

En muchos hogares existe la costumbre de darles un poco de dinero a los niños, ya sea por parte de los padres, abuelos, padrinos o familiares cercanos, la frecuencia con la que esto sucede puede variar, ya sea una vez por semana, cada quincena, una vez al mes, en navidad, su cumpleaños o alguna ocasión especial, esto se vuelve un poco más común sobre todo a partir de los 9 o 10 años, ya que los regalos en especie se vuelven ligeramente más complicados, debido a que sus gustos están cambiando y para la familia resulta sencillo regalarle dinero para que se compre lo que realmente le gusta.

Algunos niños prefieren ahorrar ese dinero para comprar algo más costoso, algunos otros quieren gastarlo inmediatamente sin importar si son en cosas de valor o no, para ellos el asunto se reduce a gastar todo lo que tienen a la brevedad posible. Por su parte existen otros niños que quieren guardar todo el dinero y nunca gastarlo porque “se les va a terminar”.

Sin importar qué tipo de niño tienes en casa, es importante que desde pequeños tengan educación financiera, de esta manera podrán aprender a valorar los ingresos familiares, ser más conscientes del valor de las cosas, cuidar más sus pertenencias; pero sobre todo, obtener las herramientas para llevar una vida financiera saludable cuando lleguen a la adultez.

Para llevar este proceso a cabo de la manera adecuada, es necesario saber qué significa educación financiera y cómo aplicarla en nuestra vida familiar, lo cual es más sencillo de lo que parece, ya que consiste en el desarrollo de capacidades de cada integrante de la familia para administrar su dinero, dar seguimiento a sus finanzas, planear para el futuro, saber elegir productos financieros, mantenerse informado y actualizado.

Una vez que hemos definido el tema la siguiente incógnita es ¿cómo podemos enseñar esto a nuestros niños?, a continuación, te dejo una serie de tips que te pueden ayudar a comenzar o si ya estás en este proceso, te ayudan a mejorar esta práctica.

Fomenta el hábito del ahorro:

Lo primero es encontrar un objeto para guardar el dinero, ya sea en una bolista de plástico, una cajita, una alcancía o en alguna cartera que mamá o papá ya no utilicen, cualquier cosa que les pueda servir es buena para este fin, simplemente asegúrate de que sea solo para guardar el dinero cada niño, sin mezclarlo con el de alguien más o con el dinero que tiene disponible para gastar.

Puedes ayudarle a fijarse metas, porque ahorrar sin un propósito no tendrá mucho sentido para tu niño y es probable que quiera abandonar esta práctica, algunos ejemplos pueden ser: reunir lo necesario para comprarse un libro, un balón o accesorio para su deporte, algún juguete, etc. el propósito es que tenga un objetivo claro y sobre todo que al principio no sea una meta muy a largo plazo, ya que puede desistir en el proceso. Los niños se sienten bien cuando ahorran y después adquieren cosas, ya que las valoran y cuidan más porque les costó trabajo obtenerlas.

Dales una paga para que aprendan a administrarla:

Una manera en la que los niños aprenden a ahorrar es dándoles un pago fijo semanal, con esto él aprenderá que el dinero es limitado, que debe priorizar, que no puede comprarse todo lo que quiere y que ahorrar requiere un esfuerzo. Algunos ejemplos de lo que puede hacer para ganarse esa paga es ayudar en las labores domésticas, lavar el coche del vecino, puede ayudar a alguno de sus abuelos con alguna necesidad o alguna actividad que ustedes decidan, recuerda que cada familia es única y por lo tanto sus necesidades son distintas, el propósito es que entienda por medio de la práctica que necesita trabajar para poder ganar dinero.

Enséñales los cuatro elementos básicos:

Con esto me refiero a que le debe quedar muy clara la diferencia entre ingreso, ahorro, gasto e inversión. El ingreso es el dinero que recibimos, el ahorro es la cantidad de dinero que guardamos para adquirir cosas más adelante, los gastos consisten en saber en qué emplean ese dinero y la inversión es emplear el dinero en algún bien que me ayudará a generar o ahorrar más dinero en un futuro.

Por ejemplo: si compro un pastel estoy haciendo un gasto, pero si compro un kit para hacer pasteles estoy haciendo una inversión, ya que ese kit me ayudará a hacer más pasteles que puedo vender y con ese dinero podré recuperar lo que invertí en la compra del kit y un poco más que podré utilizar para otras cosas.

Habla con ellos sobre los gastos que son necesarios y los que no lo son, eso les ayudará a entender un poco más la diferencia entre gasto e inversión, ya que muchas veces a los mismos adultos nos cuesta trabajo entender este concepto, pero si lo entiendes tú y lo adaptas a la edad de tu pequeño estoy segura que lo entenderá fácilmente.

Enséñales a comprar de forma inteligente:

Es importante que ellos aprendan a comparar precios de un mismo producto en distintos lugares, para que de esa forma puedan adquirirlos sin pagar tanto. Esta práctica la puedes realizar durante las compras de la despensa para la familia; cuando estén en el súper pídeles que te ayuden a cotejar precios de los productos que necesitan adquirir, esto les va a ayudar para cuando ellos quieran comprar algo, primero harán una búsqueda detallada para obtenerlo al mejor precio.

Como puedes ver, estos sencillos pasos les ayudarán a crear una relación saludable con el dinero y más adelante tendrán la habilidad de manejar sus finanzas de manera autónoma sin necesidad de meterse en problemas financieros.

Autor

pensarcrearyaprender@gmail.com

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